sábado, 19 de septiembre de 2009

Epílogo


EPÍLOGO.
120 días fuera de casa, 105 días de viaje, 4.000 millas, 850 horas de motor, 10 países. Es hora de volver a casa. Estoy física y anímicamente cansado.
Afortunadamente ningún tripulante ha tenido problemas personales y el barco ha superado los mecánicos que ha tenido. Hemos vuelto con bien.
Seguimos el programa previsto e incluso hemos visto algo adicional.
Cada uno de los participantes ha puesto lo mejor de si mismo para la realización de esta aventura, sin su aportación no hubiera sido posible. Por mi parte he tratado de dirigir a las tripulaciones y al barco como mejor he sabido y podido. Si a alguien ofendí de algún modo, pido perdón.
El barco ha respondido bien y ahora habrá que arreglar los desperfectos y prepararlo para la siguiente aventura.
Hemos tenido muchíííísima suerte con la meteorología, que ni siquiera nos ha impedido cumplir nuestros deseos un solo día.
Para mi ha supuesto cumplir un deseo largamente esperado, he salido victorioso, aunque he pasado algunos momentos de angustia. Una mención especial a mi mujer, que me ha permitido con buen talante estar tanto tiempo fuera de casa y ha asumido el papel de cabeza de familia.
De mis hijos solo Martín ha participado con su novia Alba, espero y deseo que en el futuro puedan venir Tomás e Irene.
Ahora toca preparar el siguiente viaje y que a su vuelta pueda sentirme como me siento hoy.
Detrás de un horizonte siempre hay otro.

Hasta que se acaben…